sábado, 16 de noviembre de 2013

MI MISIÓN.


Mi trabajo consiste en formar a personas como profesores de Yoga, en darles una oportunidad a mejorarse personal, social y profesionalmente, aunque actualmente me dedico más a formar a formadores y capacitadores de Yoga, masters en yoga, maestros de Yoga o grand masters en Yoga en Europa, América y Asia.

Swami Maitreyananda.

Mi trabajo consiste entonces en llevar el mensaje de esperanza del Yoga a miles de personas, que no saben que hacer con su vidas, formando a quienes los van a formar. Generando fuentes de trabajo, sanas, limpias y armoniosas. Entiendo que mi misión es un mensaje de esperanza, de amor y de entrega a la humanidad. De más de 20 mil personas que he formado en 30 años, la mayoría eran personas que no sabían que hacer de su vida, no tenían una vocación, estaban perdidos totalmente, no le encontraban sentido a su propia existencia, ni explicación a la vida, y si tenían un trabajo prácticamente lo detestaban, estaban angustiados, alienados y deprimidos por su labor, y varios no tenían ni siquiera trabajo fijo, preferían no trabajar. Una gran mayoría cultivaban la irresponsabilidad, eran adictos a las drogas, alcohol, psicofármacos, tabaco, o a otras adicciones, muchas veces tenían enfermedades terminales, muchos trabajaban en empleos informales, vivían en la calle, en la casa de un amigo, o en casas prestadas, no habían estudiado, ni se habían preparado para nada en su vida, o bien ejercían actividades no licitas, incluyendo la misma prostitución o la delincuencia. Hoy varios de ellos son personas útiles a la sociedad, a la humanidad y a si mismos, el Yoga fue un faro, un disciplina que les enseño a ser mejores seres humanos, y a disciplinar su vida y espíritu. Mi vida ha tomado sentido por esta personas, transformadas en docentes de Yoga. Y el Yoga ha celebrado con entusiasmo la llegada de nuevos yoguis a esta Madre Tierra que los ha visto nacer. Yo soy una piedra en la mitad del arroyo, solo eso, pero estoy feliz de haber servido para que puedan cruzar a la otra orilla quienes no podían hacerlo.

Swami Maitreyananda.

Swami Maitreyananda.

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